Gen. 2:7 Entonces El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. 16 Y mandó El Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Shmuel Agnon, el ganador del premio Nobel de Literatura, una vez se le preguntó si el judaísmo tenia algo como la Cuaresma. ¿Acaso se practica 40 días de ayuno? No eso no ocurría. Pero algo maravilloso y asombroso pasa cada año nuevo (Rosh Hashanah) hasta el dia de propiciación (Yom Kippur). Diez dias de Asombro. Después de una pausa y pensar él respondió: «Sí, los Dias de Asombro.»
En muchas iglesias la periodo de resurrección y Cuaresma comienza con el ministro diciendo aquellas antiguas palabras: «Recuerda que somos polvo y al polvo volveremos.» La Cuaresma nos recuerda nuestra de mortalidad. Más importante, Cuaresma restaura en nosotros un sentido de la maravilla y asombro.
Cuando Dios hizo a la humanidad, él tomó el polvo sin vida, cósmica y exánime y dio vida. Nos convirtió en almas vivientes. Cuando le dimos nuestra espalda, elegimos la entropía, el polvo y la nada. Dios no nos dejaría a la muerte, sino que se convirtió en uno de nosotros, incluso a la muerte y tal muerte de cruz. Es en la Cuaresma que recordemos que Dios, que da vida, dio su vida para que nunca tendríamos que volver al polvo de donde venimos.
Que estos días de Cuaresma sea días de maravilla y asombro …