¿Abusón? ¡De ninguna manera!

Ex 9:15 Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra.

Lea Éxodo 7: 14-10: 29

Cada pocos meses escuchamos de padres que se comportan de forma poca paterna con sus hijos. Padres deben proteger a sus hijos y no maltratarlos. Padres deben ser cariñosos, no abusones. Estas historias son desgarradoras. Cuando leemos acerca del Dios de Moisés vemos a un padre amoroso dando diez advertencias a un hijo contumaz por el nombre de Faraón.

Muchos historiadores apuntan al  «Papiro de Ipuwer» para sugerir un posible cataclismo en la historia del Egipto antiguo que sirve de paralelo extra-biblico a los incidentes descritos en el relato bíblico de las Plagas.

He aquí, el río es sangre, al beber de él, uno rehuye de personas y tiene sed de agua …
Las ciudades están devastadas, el Alto Egipto se convirtió en un páramo …
(«Las amonestaciones de Ipuwer», M. Lichtheim. 1971-1980. La literatura del Antiguo Egipto. 3 vols. Berkeley)

Dios es el Dios que actúa decisivamente en tiempo y en espacio para producir arrepentimiento y redención.

Dios le dio a Faraón 10 advertencias.

Es posible leer la historia de las 10 plagas y confundirlos con lo que no son. Cada uno fue diseñado no para castigar, sino para producir arrepentimiento. Muchas veces lo denominamos las «diez plagas» cuando mejor se les podría llamar «las diez advertencias». Algunos preferirían saltarse estos versículos como algo anticuado y arcaico. El pasaje citado anteriormente es una parte reveladora de toda esta narración. Es el séptimo de las diez plagas. Puedes escuchar el tierno ruego de un padre a un hijo fuera de control.

«¿No ves que siendo el Todopoderoso podría usar mi omnipotencia y obligarte a cambiar. Pero esto no es lo que hace un padre. Te estoy suplicando. Estoy pidiéndote que cambies».

Incluso en esta séptima plaga de granizo y fuego, Dios está dando al faraón amplio aviso. El Señor esta en realidad pidiendo al Faraón y al pueblo egipcio que pongan su ganado bajo cubierta. Él desea que cada ser humano este protegido de las consecuencias naturales de su desobediencia.

El Señor quiere que su mundo se aferre a Él y tome refugio de la tormenta. «¡Toma cobijo bajo el costado traspasado del Salvador!» Es el ruego compasivo de un Dios que te ama y te redime.

Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? – Ez. 33:11

Pausa y reflexiona sobre este Dios de gracia ilimitada y un sinfín de oportunidades para con el arrepentimiento.

Humanidad Endurecida

Éxodo 5: 2 Y Faraón dijo: «¿Quién es El SEÑOR, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a El SEÑOR

Lee Éxodo 5: 1-7: 13

El Endurecimiento de nuestra Humanidad

¿Alguna vez has ido al dentista y te anestesiaron las encías? Asi es cómo Faraón se sintió en su corazón.

Si adoras a cosas en lugar de la persona de Dios, te convertirás mas en cosa y un poquito menos en persona.

Ex 7: 3 Pero yo endureceré el corazón de Faraón, y aunque haré muchas señales y prodigios en la tierra de Egipto, 4 Faraón no te escucharán.

Lo peor que Dios podía haber hecho a Faraón era simplemente darle los deseos más fuertes de su corazón. Dios nos hace tan libres que no somos capaces de no seguir esta libertad.

Uno de las descripciones que la Biblia usa a menudo para los efectos del pecado es tener un corazón de piedra (Ezequiel 11:19). No es que Dios esté endureciendo nuestros corazones activamente, lo está haciendo pasivamente; nos permite tener los deseos más profundos y más fuertes de nuestro corazón. Jugamos la parte activa al no escuchar (Ex 7: 4).

El conocimiento de Dios

El humorista y escritor británico Jonathan Swift dijo una vez: «No hay peor ciego que el que no quiera ver» (1738, «Conversación Educada»). Hay momentos en nuestras vidas cuando tendremos el que es mismísima Verdad hablando con nosotros y todavía nos negamos a ver la realidad.

Faraón es abordado por Moisés el cual pide la liberación del pueblo de Israel. ¿Cuál es la respuesta de Faraón? «¿Quién es El SEÑOR… Yo no conozco a El SEÑOR.» Faraón no estaba hablando como un ateo, él estaba hablando como un politeísta que estaba realmente intrigado por el Dios de los hebreos. Más tarde, en este capítulo vemos que ya no puede encajar a Dios dentro de sus preconceptos. En lugar de revisar su visión del mundo, decide revisar su comprensión del Dios de los hebreos y rechazar las insinuaciones de gracia del Señor.

Asombro Sin Fin

Dios ha llenado nuestros corazones con fuertes deseos. Tenemos que reconocer que no es una cuestión de tener deseos menos fuertes, sino que debemos tener un mayor objeto de nuestro deseo. La única cosa que derretirá nuestro corazón es ver a Jesús como el mayor objeto de nuestro afecto. Es la muerte de Jesús en la cruz que nos da que ese mayor objeto.

Ez. 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; Os quitaré ese corazón de piedra y os daré un corazón de carne.