Tu Verdadero Yo

Ex. 15:25 «Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; 26 … yo soy El Señor tu sanador.

Lee Éxodo 15:22-27

¿Alguna vez has tenido una reacción instintiva al conducir? Tal vez alguien te cortó el paso. Tal vez el otro conductor estaba conducendo agresivamente. ¿Cuál es tu primera reacción? Si eres como yo, es posible que levantes la voz en frustración con un gruñido, un suspiro o incluso enojo con el otro conductor. Recuerdo haber hecho este tipo de protestas. Inmediatamente, pido disculpas y hago excusas con mis pasajeros. A veces le digo a mi esposa: «No era realmente yo. Sólo era mi educación Mediterránea.» Dios quiere transformarnos en nuestro verdadero «yo.»

Quiénes somos en verdad se revela cuando estamos empujados a nuestros límites.

En esta historia el pueblo de Israel ha logrado escapar de las garras del faraón. Ellos están ahora libres, cansado, sediento y casi abrasados. Cuando finalmente encuentran un pozo en el desierto. Descubren que sus aguas, como tantos otros pozos del desierto, son amargas. Se sienten defraudados.

Su respuesta: murmullo. Hay más de una docena de pasajes en el Pentateuco donde se menciona «murmullo». Ellos se quejan contra Moisés. Ellos se quejan contra Dios. Por su reacción de quejas, Israel mostró muy claramente su verdadera naturaleza. Cuando uno es probado descubre quien es de veras.

Esta es la primera de sucesivas «cirugías cardíacas»  donde Dios quiere sanar a Israel. Dios desea cambiar Israel de una manera tal que cuando se empuja in extremis a su límite visceral  no va a rezumar amargura sino dulzura.

Dios proclama que va a convertir lo amargo en dulce. Muchos años más tarde en un jardín llamado el «almazara» (Getsemaní). La verdadera personalidad de una persona llevada al extremo se hará público. Sólo cuando las aceitunas se trituran producen un aceite hermoso y sano. Jesús, cuando es empujado a su límite extremo, nos muestra la verdadera sanidad de corazón que Dios desea para realizar en la humanidad. Él quiere tomar nuestras quejas y amargura y convertirlo en algo bello y dulce. Es en las aguas de las pruebas, que Jesús transforma nuestra voluntad en algo hermoso.

Hoy deja que Dios te sane.

Ora:

«Padre, hoy a través de las presiones de la vida, ayudame a descubrir quién soy realmente. También quiero ser lo que realmente deseas que yo sea. Ponme a prueba. Tratame. Purifícame. Moldeame más a tu imagen para que pueda ser capaz de decir «hágase tu voluntad» y no «hágase mi voluntad.» Te lo pido todo en el nombre de Jesús. Amén «.